Todos los días se aprende algo nuevo
Paseando por la peatonal de la Argentería me sorprendió ver lo que según me habían dicho y nunca vi en tantas veces como fui, al famoso muñeco que representa al Tarlà de l’Argentería colgando de una gruesa barra que va de un lado a otro de la calle y haciendo volteretas movido por un mecanismo de ruedas y que hace girar el soporte del que cuelga una persona encargada de ello y que de este modo realiza divertidos movimientos de acróbata.
Según la leyenda entre 1348 y 1654 hubo en Girona una peste tan grande que provoco que el pueblo se encerrase y guardase en cuarentena. Como la peste atacó con furia la calle Argenteria (nombre que deriva del oficio de artesanos plateros que la ocupaban), estaban tan aterrorizados que cerraban puertas, ventanas y todo sitio por el que pudiese entrar la peste hasta que apareció un bufón que con sus monerías arrancaba la sonrisa del más pintado y no sólo los niños reían.