Deliciosa comida en un entorno inmejorable
Nada mas entrar en Patones de Arriba nos encontramos con la terraza de este restaurante.
El local por dentro esta decorado cuidadosamente y hacen de él un lugar acogedor donde comer cuando el tiempo no permita estar en la terraza. Como hacía buen día nos sentamos a tomar unas cañas y casi sin darnos cuenta (y viendo las raciones que sacaban para otras mesas) nos quedamos a comer, ¡y menudo acierto!.
Menú típicamente castellano: Callos y migas con morcilla de arroz y uvas, una auténtica delicia para el paladar y el apetito. Os lo recomiendo, estoy segura de que os gustará