Eduardo Gómez de la Mata
Bien aunque algo escaso
En realidad teníamos pensado comer en El Monasterio, pero nos encontramos con este restaurante y decidimos probar. Resulta que el nuevo dueño lo había reabierto hacía una semana y había cambiado la carta y los precios.
Pedimos una ración de queso con mojo y miel de palma. Venían 5 trocitos contados, pero en vista de mi queja, nos trajo otros 4 trocitos más 'cortesía de la casa'. Seguimos con una ensalada de gambas y aguacates, también rica pero algo escasa y con un trozo de carne de buey de la tierra, con sabor. Se le acabaron los postres, una pena, porque el del abuelito tenía buena pinta.
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