Riquísimo y con unas vistas ...
Riquísimo y con unas vistas alucinantes. El restaurante tiene un pradito propio en una especie de acantilado con unas vistas increíbles del mar. Tienen comida típica (el pastel de cabracho es súper recomendado) y el precio está muy bien. Este lugar es perfecto para un día soleado en Gijón :)