Cordobés hasta la médula
Porque verdaderamente parece que lo hubieran tallado desde la misma roca viva, en el sitio donde se levanta, como si siempre hubiera estado ahí y sólo hubiera necesitado que alguien lo sacara a la luz.
Su poder de atracción es tal, que anula completamente la preciosa plaza de los Capuchinos que le sirve de marco, que lo realza, involuntariamente con sus blancos lienzos de pared desnuda, vacía, pero que la convierten en el mejor telón de fondo del Cristo.
Cristo de los Desagravios y Misericordias, Cristo de los cordobeses y de las indulgencias, concedidas con sólo rezar un credo ante su imagen. Trescientos sesenta días de perdón y de piedad.