Descubrí una parrilla argentina y estaba cerrada!!!!
Si bien había recorrido diversos lugares en los que era difícil entenderse por el tema del idioma, cuando descubrí este lugar sentí que tocaba el cielo con las manos (un tanto exagerado ¿no?). Ubicado en una céntrica esquina y bien cerca de la plaza central, pero distante de la locura de la misma, las dos veces que me llegué hasta allí estaba cerrado y por más que golpee la puerta por el sólo hecho de presentarme como argentina de visita por allí, no obtuve respuesta, aunque las luces de los faroles estaban encendidos y se reflejaban en las vidrieras, esto se ha debido a que los horarios de medio día son bastante acotados, de noche no me agradaba salir sola y por lo tanto me quedé con las ganas de comer un churrasco bien jugoso (que la vaca muja como decía mi padre).