El Capricho Extremeño

La única pega que le puedo poner al Capricho Extremeño, es que solamente abre sábado y domingo.

El mejor día para ir son los sábados, sin los agobios y las colas de los domingos de rastro. Puedes disfrutar con tranquilidad de sus estupendas tostas, charlar con el dueño y su mujer, mientras te tomas un vaso de vino blanco bien frío.

El precio, pues cada tosta cuesta unos 3€, cuando vamos solemos pedir 2 tostas diferentes y las compartimos; vamos que con una tosta por persona te quedas bien, y puedes seguir tapeando por la zona de La Latina mis preferidas son las de pollo empanado, pulpo y mi último descubrimiento la de queso blanco ocn mermelada... ummm deliciosas!

Aquí lo que se llevan son las tostas. La de pulpo está súper rica, y la de gulas todavía más. También hay de pollo. Lo que le da el toque especial a estas tostas es que se nota que son caseras pero bien hechas, con toque.

Lo suyo es tomarte un vasito de vino blanco para bajar, aunque os aseguro que con una cerveza también entran bien.

Dicen que los domingos está lleno de gente. Yo no lo sé porque fui un sábado, cuando no había nadie.

Situado en una de las calles que suben en la "Plaza del Campillo del Mundo Nuevo", es parada casi obligatoria un domingo de Rastro, para comerse una de sus estupendas tostas: Gulas, boquerones, ensaladilla rusa, jamón, pollo...

¡Para chuparse los dedos! Aunque llegar a la barra sea toda una odisea, suele estar repleto de gente.

Es la segunda vez que venimos a este estupendo bar, la primera fue un domingo y estaba petado de gente, sin duda el mejor día es el sábado, hemos estado muy tranquilos e incluso había un amigo del dueño que nos ha estado cantando en cante Andaluz, nos ha encantado, las tostas son buenísimas...

Si estás un domingo por el Rastro no dudes en acercarte a el Capricho Extremeño, lo reconocerás por las enormes colas que se hacen a sus puertas. Y es que aquí sirven las mejores tostas de la zona: Grandes, abundantes y baratas.
Mucha gente se queja de la higiene o de la incomodidad de comer de pie, pero lo cierto es que siempre tiene gente esperando.

Menuda forma de acabar el paseo por el Rastro de Madrid. Si necesitas donde comer cerca no dudes, sitio con fama merecida. Unas buenas tostas con pan artesanal, aceite de oliva y a disfrutar. Aunque haya cola espera, son muy rápidos.