Jessica Swiderski
Un aire del pasado
Buenos Aires está lleno de pequeños lugares para perderse, no necesariamente conocidos por los guías y que por supuesto vale la pena visitarlos. Fuera del circuito turístico está el pequeño bar Roberto, abierto desde 1894, donde la gente viene a escuchar a los cantantes o grupos de tango que suben al pequeño escenario (no pueden subir más de 2 personas), mientras que beben cerveza o vino tinto. Bien conocido por los artistas, el lugar es una apuesta segura para aquellos que busquen la realidad, y la filosofía de su dueño es no pagar por la representación. Un consejo: ir temprano, ya que las mesas
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