El pueblo que busca el mar
En la desembocadura de una estrecha y bonita ria queda encajado de forma armoniosa el encantador pueblo de Ea. Después de unos cuantos kilómetros de curvas y más curvas y de unos paisajes impresionantes que te muestran una costa cantábrica bellísima, llegamos a este minúscula población de fuertes raíces vascas.
Ea, es un encantador rincón, donde la ria se convierte en el centro del pueblo, el cual queda dividido por su cauce. Una sucesión de coquetos puentes sirven para que los lugareños crucen de un lado a otro y además ofrecen unas estampas de postal. Caserios blancos con ventanas de colores y macetas repletas de flores salpican cada paso del cauce de la ria.