Visita imperdible en Pisa
Su interior no tiene nada que ver con el románico francés o español, Italia en esos momentos llevaba una arquitectura y ornamentación muy diferente al románico al que estamos acostumbrados, con mucha más luminosidad y altura en las construcciones, así como presencia de ventanales de los que nuestro románico careció hasta la entrada del gótico.
Pero lo que más sorprende de su interior es los mármoles blancos y negros, muy típicos de Italia, así como el techo artesonado dorado de madera del siglo XVII.
No hay que perderse el Pantocrator del ábside, del XVI, y el púlpito, obra maestra de Giovanni Pisano, de principios del siglo XIV.