ANADEL
Se ve el buen gusto y buen hacer desde...
Se ve el buen gusto y buen hacer desde que entras por la puerta.
Son cinco modernas habitaciones en este pequeño hotel con un amplio salón - comedor con vistas sobre la catedral y la calle más comercial de la ciudad.
Está todo nuevo, el recibimiento lo hizo un chico en español, la habitación es confortable y la bañera de hidromasaje recomendable, una delicia.
Un detalle la botella de vino y las dos copas para mostrar que caldos se elaboran por esa zona de la Emilia, y el desayuno bien presentado y suficiente. En definitiva, un placer estar allí.
Un notable alto para este nuevo establecimiento
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