Duna de Pilat

No hace falta ir a África o a Oriente Medio para caminar por dunas de arena. En Europa también tenemos una duna inmensa: en la costa de Aquitania, los kilómetros y kilómetros de playas de Las Landas terminan en la impresionante duna de Pyla, el lado sur de la bahía de Arcachon, famosa, también, por sus ostras. Cuando fui la primera vez, durante un intercambio con un instituto francés, la subida era un poco más difícil que ahora, pues no había infraestructura de ningún tipo. Era muy divertido intentar subir y comprobar que apenas avanzábamos pues la arena nos devolvía hacia abajo, pero aún más divertido bajar dando grandes saltos, después de haber caminado por la cima y apreciar la magnitud de la mole de arena que separa el océano atlántico del bosque de Las landas.

Con un millón y medio de visitantes por año, la duna de pilat o pyla es uno de los mayores atractivos turísticos de Gironde, siendo la más alta de Europa.

Formada por 60 millones de m3 de granos de fina arena, con unos 105 metros de altura, 2.700 metros de longitud y 500 metros de ancho.

Curiosa formación creada gracias a las corrientes marinas, la arena y los vientos, la duna está en continuo movimiento avanzando unos 5 metros por año hacia el bosque de La Teste.

Desde la cima se pueden disfrutar de unas impresionantes vistas, por un lado el verde intenso del bosque, y por el otro el azul multicolor del mar, con pequeños bancos de arena, y la punta de la casi-isla de Lège Cap-Ferret.

Primero alucinarás con la altura de la duda, después te prepararás para iniciar el ascenso, tercero darás tres paso y te pondrás a cuatro patas; cuarto: empezarás a reirte al ver que eres incapaz de subir, quinto: te pararás a mitad de camino varias veces para mirar abajo, sexto: mirarás hacia arriba para ver todo lo que te queda por recorrer y séptimo: llegarás a la cima y alucinarás con las vistas.

El octavo punto es comprobar lo fácil que es bajar luego ;)

Pasamos 4 días en la Región francesa de Aquitania en Semana Santa, y uno de los días que amaneció despejado decidimos visitar la Duna de Pilat.

Nos sorprendió encontrar la escalera para subir hasta arriba (habíamos leído que solo estaba en los meses de verano) lo agradecimos, porque favorece muchísimo la subida.
A pesar del fresco que hacía ese día no dudamos en descalzarnos y disfrutar de la gustosa sensación de pisar la arena...

Las vistas desde arriba son increíbles, hacía un lado un bosque completamente cerrado y hacía el otro un precioso mar azul. Muy impactante. Pasamos un rato muy agradable paseando y sacando fotos.