ANADEL
Un lujo
Tomarte un capuchino por ese módico precio frente a la puerta de la catedral es un lujo, y también sirven paninis deliciosos para reponer el cuerpo de tanta subida al castillo y de recorrer el lago di Garda.
Es un agradable café con además un fresco patio interior, aunque me quedo con las vistas de la plaza, un sitio que hay que recomendar por la ubicación y sus precios.
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