Al llegar, nuestro anfitrión y creador ...
Al llegar, nuestro anfitrión y creador de este local nos estaba esperando con una sonrisa en la cara, muy simpático y amable nos acomodó en una mesa y nos preparó para lo que iba a venir: un menú pare degustar sus especialidades. No sabíamos si íbamos a poder aguantar hasta la llegada de nuestra hamburguesa.
El restaurante está decorado como el asador que es, muy sobrio y tranquilo. Cuando nosotros fuimos no había mucha gente, así que no podemos opinar si se monta mucho jolgorio o no, pero nos pareció un sitio agradable, aún cuando se llenase.
Al poco de sentarnos, llegó la primera degustación: un plato virutas de foie micuit sobre unas tostadas de pan negro. Sencillamente espectacular, muy suave y una gran elección para hacer hambre ante lo que se nos venía encima.