Armonía con la Naturaleza y la Historia
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1996, Cuenca ha sabido mantener el peso de su larga historia a base de restaurarse y embellecerse a sí misma. Y no sólo la ciudad, sino también de su paisaje, sus fortalezas, y del bellísimo entorno natural de donde parece haber brotado como una hermosa flor.
Hundiendo sus raíces en la dominación musulmana del siglo VIII, la Kuvenka árabe fue un lugar estratégico desde que se puso la piedra angular de la primera de sus edificaciones. Alta, inexpugnable tuvo que esperar al siglo XII para pasar a manos cristianas y convertirse en hogar de nobles, prelados y Órdenes militares que la embellecieron y engrandecieron sin perder parte de su sangre musulmana.