Creperie Bretonne Annaick

Esta crepería tiene varios alicientes que la hacen ser una muy buena elección si quieres descubrir un sitio nuevo que te encante, o impresionar al invitar a alguien a cenar.

Comenzando por su ubicación centralísima, frente a la catedral y junto al Miguelete. Es un local que pasa desapercibido, en un rinconcito de fachada vieja, un poco descuidada, detrás de la cual no te imaginas lo que hay...

¡Y lo que hay es un autobús! Sí sí sí, dentro de la crepería hay un viejo autobús, y lo mejor es que es la cocina... Puedes ver cómo hacen tu cena :)

Para que la espera se te haga un poco más entretenida tienes el mantelito de papel blanco y un bote con colores, para que dejes volar tu imaginación... Por las paredes puedes ver "obras de arte" que dejaron olvidadas clientes que se fueron contentos con la panza llena ;) También posters y cuadros antiguos, además de lámparas preciosas.

La primera vez que entré en esta crêpería me pareció un poco destartalada por sus paredes pintadas de forma rara, una especie de autobús que hacía las veces de barra y cocina... pero al rato me fijé que las paredes estaban así porque se podía pintar en ellas. De hecho tienes unos lápices de colores en la mesa que puedes utilizar tanto en la pared como en el mantel de papel que tienes a tu disposición.
El autobús tipo inglés que hay en medio del local está encajonado de tal manera que ocupa hasta el techo y en su interior dispone de la cocina.
Pero lo interesante de este restaurante es su carta. A base de crêpes te puedes encontrar una variedad enorme. Como si fuera una pizzería pero sustituyendo la conocida masa italiana por una francesa, que a mi gusto prefiero por ser un poco más ligera.

Al lado de la catedral encontré esta crepería que me recomendó una amiga, y aparte de sorprenderme por su decoración, muy simpática y colorida y con pintadas en las paredes, también me sorprendió por los platos que sirven, a base de crêpes y galettes de la Bretaña.

Nada más sentarte a la mesa ya ves que este restaurante es peculiar, aunque pertenezca a una cadena, y es que el mantel es blanco y te dan un bote con pinturas para entretenerte dibujando durante la breve espera por la comida.

El crêpe que pedí estaba muy rico, con huevo frito, y llenaba más de lo que parecía, tanto que ni pedí postre. Los precios rondan entre los 5€ y 9€ el crêpe, según ingredientes. Un precio correcto teniendo en cuenta la situación, lo curioso del local, y lo buena que está la comida.

Un sitio muy original, pintas en el mantel mientras esperas la comida... Los crepes están de muerte!!Y hay un autobús dentro del local..Lo dicho, originalidad y buena comida en pleno centro.Altamente recomendable para gente alternativa.

Buenisimos crepes¡ Cerveza Bretaña muy rica. Local con mucho encanto. Te dan pinturas mientras esperas para garabatear el mantel ¡

Muy céntrico y muy original. El diseño muy diferente a todo lo visto y es un sitio recomendable.
Comida buena y la atención también.

Horrible experiencia , lugar nada recomendable además de desagradables , a mi no me querían decir cuanto tenía que esperar para una mesa siendo los únicos que esperaban , estuve esperando más de 15 minutos a que alguien se dignara a contestarme cuanto tiempo para una mesa libre . Comenzaron las mesas a liberarse y el dueño decidió atender a un amigo recién llegado negándome una mesa , una vergüenza de sitio no volveré jamás ni lo recomiendo nunca más ! Huele a grasa además !!