Un recorrido inolvidable
Cuando llegas a un lugar a las 8 de la mañana y sabes que deberás esperar largo tiempo bajo el abrasador sol del verano para poder comprar tu billete e ingresar a los sitios que deseas visitar, tu mirada se va fijando en todo lo que te rodea y vas descubriendo diferentes cosas a medida que pasan las horas. Mi prioridad era ver el David de Miguel Ángel, no podía dejar Florencia sin haber visto esa maravilla, la que al verla descubrí que era mucho más increíble que lo que había visto en fotografías y en los libros de arte, por lo que valió la pena las 4 hs que estuve parada allí, además de haber visto otras magnificas obras de la escuela artística florentina desde el año 1200 al 1800. Entretanto conversas con quienes esperan los mismo que tu y nos turnábamos para buscar una botella de agua fresca o a dar vueltas por el mercadillo e intentar que el tiempo pasase más rápido. Así fue que descubrí este Conservatorio, que no estaba en mis planes descubrir, construido en 1784 por el Gran Duque Pietro Leopoldo según puede leerse en el cartel que se encuentra sobre la puerta de acceso, de doble hoja de madera con aldabas de bronce, en la fachada principal al que en 1923 se lo denominó Real Conservatorio de Música “Luigi Cherubini”.