Vestigios de los élimos
Como ya he contado en el rincón sobre el Gran Templo de Segesta, los élimos eran los ascendientes de los Sicilianos, el pueblo que dicen era originario de la isla, pero del que quedan muy pocos restos.
Un buen ejemplo son las ruinas de la ciudad de Segesta, la "otra" parte del parque arqueológico de este sitio, y donde destaca el teatro. Aún se puede caminar por la avenida que conduce al teatro, y adivinar las casas que se abrían a la misma... Las excavaciones continúan, por cierto.
Situado a 2 km del teatro, una carretera sube trazando sus curvas hasta el estratégico punto en el que se situaba la ciudad... Ojo, en verano (e incluso primavera, cuando yo estuve), el calor aprieta así que no está de más utilizar el servicio de autobuses que desde el centro de interpretación suben hasta allí. Comprando la entrada podréis comprar el ticket del autobús también, que se paga aparte pero que para subir merece la pena... No dejéis de bajar andando, ya que encontraréis muy buenas vistas del teatro, además de hacer un poco de ejercicio, claro está. Justo cuando llegué salía un bus, así que no me lo pensé y tiré para arriba, dejando el teatro para el final. Creo que es un buen orden de visita, ya que así dejáis lo mejor para el final y perdéis el interés por este yacimiento, que merece la pena no dejar de lado!
El teatro es del s. III a.C. y conserva 20 gradas en buen estado. Me sorprendió la fila de asientos superior, de roca labrada con la forma de respaldo de silla incluida!
Está orientado al norte, y por lo visto esto no es común, pero quizá sea porque se orienta hacia el mar (en realidad, éste se puede ver a unos cuantos kilómetros, hacia la derecha, porque justo delante hay una colina).