emilie
Un paseo a principios del siglo XX
Longtemps, je me suis couché de bonne heure,...
Esta primera frase de la Búsqueda del Tiempo perdido, de Marcel Proust, es, creo, tan famosa para los franceses letrados como la primera línea del Quijote para los españoles.
Para quien haya leído o sólo escuchado hablar de Proust, sabe que Cabourg fue una de sus residencias favoritas: Durante varios años seguidos vino a veranear (años 1910 si no me equivoco) y mejorar algo su débil salud.
La ciudad hoy conserva los edificios de la época, que le dan un toque de ciudad burguesa, donde venía veranear la alta sociedad parisina y provincial, en búsqueda del aire sano del Atlántico.
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