Erg Chigaga

No entraba en nuestros planes del viaje a Marruecos ir al desierto de Erg Chigaga. Lo habíamos planificado todo para visitar las más que conocidas dunas de Erg Chebbi, pero un cambio de planes de última hora, hizo quedarnos unos días más en Zagora y así, vivir la experiencia de dormir en el desierto no tan turístico de las puertas del Sahara.

Contratamos a "Moha" por 350 dirham / persona (unos 35€). Nos llevó desde Amerzou, un pequeño pueblo pegado a Zagora, hasta el campamento de haimas que se encuentra a 3 horas de trayecto en pleno desierto.

Por el camino, paramos en una llanura de piedras donde encontramos varios fósiles. Esto es como ir a buscar setas, una vez que ves una, ya encuentras todas las demás de refilón. La verdad es que fue divertido y hace ilusión encontrarlos.

Dormir en un desierto, al aire libre, donde lo único que ven tus ojos, es lo que te alumbren las estrellas(y mas si tienes la suerte, como yo, de haber ido una noche de agosto, sin luna, y con las lagrimas de San Lorenzo cayendo cada 30 segundos) pensando que tienes la farola mas próxima a 2 horas en todoterreno, imposible cerrar los ojos y dormir.
Se nos hicieron las 3 de la mañana, acostados, sin poder si quiera parpadear, pues queríamos aprovechar cada segundo observando la inmensidad del universo, y madrugar, a las 5 de la madrugada, para ver el inolvidable amanecer, y como el sol va tiñendo las dunas de un chillon naranja.

Dormir en el Sahara tras ver el atardecer y salir la luna llena que, después, iluminaba la inmensidad del mar de dunas de arena fina.

El sitio es absolutamente majestuoso. Ver escaparse el sol en el horizonte con ese paisaje es mágico. Imprescindible.

Este lugar lo conocí durante un viaje en el Sahara, entre la aldea de M'Hamid y erg Chegaga. Hicimos una semana de excursiones, un amigo y yo, acompañados de un guía y dos camellos. Fue un viaje inolvidable, caminando entre las dunas y los regs, durmiendo bajo las estrellas, etc. Fue la oportunidad para descubrir el Sáhara marroquí, lejos de los lugares turísticos como Merzouga. Subimos a la duna más alta y esperamos hasta que el sol comenzara su puesta antes de ir detrás del horizonte. Esta foto fue tomada en el erg Zher entre M'hamid y Chegaga, después de varias horas a pie .

El desierto de Ouarzazate es un gran desierto, salvaje e inusual. Éste fué el primer desiero que ví, y tengo muy buenos recuerdos de un lugar fantástico. Diría que estaba casi en el paraíso! Por la belleza de sus dunas y de sus colores. Visitar este paraje es realmente una experiencia única que no debe perderse.

Tras medio día en coche para llegar hasta Merzouga, un rato de regateo para conseguir hotel, un par de horas en las que las nalgas se resentían del camello y una noche durmiendo al raso, bajo el cielo con mayor estrellas que nunca he visto, este amanecer en el desierto hacía olvidar cualquier otra cosa.

Descubrir el silencio del desierto en buena compañía y que te sorprendan paisajes como éste son imágenes que no se olvidan.