Cerro de la Mota

La piel de gallina!, así se nos ha quedado el cuerpo tras subir caminando hasta el cerro que da inicio a la ciudad de Haro.

Excelente lugar para divisar la ciudad, sus bodegas, los campos y montañas que se prolongan hasta le infinito y que se pierden en la línea del horizonte.

Presenciar aquí un atardecer es llenarte de una preciosa luz dorada. La fundación de Haro le debe todo a este lugar ya que según cuenta la historia, aquí se encontraba un faro que guiaba a quienes navegaban por el Ebro. La palabra faro del castellano antiguo derivó en Haro, por cierto, cuyas letras de blanco impoluto se situan en una zona del cerro y se ven desde varios kilómetros.