ANADEL
Bonito pero no merece del todo la pena
Dicen que es el pueblo más bonito de la Selva Negra, tenía algunas referencias, e hicimos varios kilómetros para llegar a esta pequeña localidad alemana rodeada de viñedos y con floreadas fachadas.
Y es que hay tantos lugares parecidos entre estas montañas pobladas de bosques que concluí que el viaje no mereció la pena.
No quiero decir que el sitio fuera feo, pero es que aquí cuidan con tanto mimo el entorno y sus casas, que no resultó nada excepcional.
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