martin susel
Quien ha vivido en paz, no puede sino,...
Quien ha vivido en paz, no puede sino, pretender dormir en paz. Subiendo bastante por las montañas que rodean al pueblo (o al menos eso me pareció a mi, poco acostumbrado a escalar) llegaremos a este lugar de descanso eterno donde las personas de La Cumbrecita (e incluso algunas que no lo son) pretenden pasar el resto de sus días.
No hay ruidos aquí, no tendría porque haberlos en este tipo de sitios. Solo se siente un arroyito, el trinar de los pajaros y silencio, si, se siente el silencio...
+12