Paseando por cientos de tumbas
El cementerio judío es un lugar de esos que se te hace raro visitar. Primero porque está incrustado en un barrio que de judío tiene poco (bueno, la arquitectura sí, pero toda la población es musulmana). Está a media hora del centro de la ciudad, y puedes ir andando (o en taxi más rápido, claro). Para entrar te tienes casi que colar. Hay unos chicos marroquíes en la puerta que se ofrecen a ser tus guías (la mitad se lo inventan), aunque lo puedes visitar solo. Al salir te piden una propina, pero vamos, siendo españoles al final con un par de euros se arrelga, aunque vayáis varios. Me duele, pero es que eso de sacar dinero así no lo veo.