Nubes de algodón
En mi ventana siempre esperan todos los paisajes más funestos, los tendederos de la vecina, los tinacos llenos de agua, o las antenas de televisión, algo poco espectacular. Sin embargo, en mi ventana esa tarde parecía una explosión de algodón con la que las nubes suaves vestían, de pronto, en el éxtasis del flash, una luz se apagó y una de fondo se encendió, enmarcando la grandeza y la suavidad de aquel paisaje que asomaba en mi ventana.