El arte de secar bacalao
Bajo las aguas que rodean el bello, exuberante e inquietante archipiélago de las Lofoten se encuentra un tesoro que desde tiempos inmemoriales ha atraído hasta estas latitudes a pescadores de los más diversos confines del planeta...
Este “objeto de deseo”, denominado “skrei” en el idioma local y cuya traducción vendría a significar algo así como el “nómada”, no es ni más ni menos que el sabrosísimo “bacalao de invierno” cuya captura tiene lugar únicamente entre los meses de enero y abril.
A lo largo de los siglos las técnicas de conservación del bacalao han ido evolucionado y modernizándose en aras de “alargar la vida” de esta delicia gastronómica de manera que pueda llegar en las mejores condiciones a los fogones de todo el mundo. Lo sorprendente es que en las islas Lofoten, en pleno siglo XXI se siga utilizando – y de qué manera- la milenaria técnica de secado en las llamadas “catedrales de bacalao”.