Catedral de Orléans

Particularmente soy un fanático de las puestas de sol, pero con sol incluido y si puede ser en una playa mejor.

Sin embargo en este viaje a Picardy y más concretamente en nuestro paso por Orleans, me he dado cuenta que las puestas de sol no sólo admiradas cuando tienen como fondo el mar o una montaña sino que, igualmente la luz cálida del sol poniente se puede admirar de una manera sublime cuando se refleja en cualquier objeto, en este caso una catedral.

Si los exteriores de las catedrales de por si son majestuosos, por lo menos a mi me lo paracen, en esta ocasión raya en lo sublime.

Orléans es una ciudad pequeña del centro de Francia, más bien de la región “centre”, pero está a solamente una hora de París en tren, por lo cual puedes aprovechar para visitarla en un día saliendo de París. El tren sale de París Austerlitz, y hay que parar en la estación de Les Aubrais, donde se toma un tren más pequeño para el centro de la ciudad. Al menos que quieras pasar un día completo en el gran jardín botánico, que es casi el mejor lugar de la ciudad, un día es más que suficiente para descubrirla.

La catedral se fundó en el siglo III, por el obispo de Orléan San Euverte, y empezó a ser un lugar de culto a mediados del mismo siglo. La destruyeron varias veces durante las conquistas de la ciudad y las guerras, y la volvieron a construir, pero la gran obra de la catedral que vemos hoy empezó en el siglo XIII.

La Catedral de Orleans fue construida entre 1278 y 1329, con un estilo gótico. En estos momentos esta en proceso de restauración en la parte exterior pero aun así se puede admirar desde cualquier lugar la gran belleza del edificio.

Por dentro la catedral parece mucho mas grande de lo que parece por fuera, llena de luz y espacio. Además el órgano de la iglesia es precioso y si tienes la suerte de estar dentro cuando lo tocan es una delicia para los oídos, le da un toque distinto a la catedral.