Catedral de Estrasburgo

Cuando uno se asoma a la plaza de la Catedral la visión que se le ofrece es impresionante. Una sensación de subida del espíritu hacia el cielo por la majestuosidad del conjunto arquitectónico. Cuando ya se ha ido uno apaciguando de esta impresionante sensación se dedica a ir admirando todos y cada uno de los detalles del exterior del imponente edificio: la portada central de su frontispicio y las dos laterales, la puerta Norte y la puerta Sur, su estilizada aguja de 142 metros de altura que la hizo durante mucho tiempo como la más alta del mundo.
Y cuando uno, tranquilizado ya de la fuerte impresión anterior, penetra en su interíor otra vez se le pone el corazón a cien por hora con la belleza que se encuentra.

La catedral de Notre-Dame de Estrasburgo se sitúa en pleno centro histórico de esta preciosa ciudad.

El edificio, realizado en piedra arenisca, fue construido en 4 siglos, reuniendo diferentes estilos de construcción dirigidos por importantes arquitectos de la región que plasmaron la influencia de otras obras como las de Sens, Notre-Dame de París y otras de Bohemia y Suabia. La edificación comenzó a finales del siglo XII. Como resultado queda este imponente monumento ornamentado, con una única torre que alcanza los 142 metros de altura y la convierte en una de las iglesias más altas del mundo. Su fachada constituye un imponente ejemplo de la arquitectura gótica del siglo XV. Destaca también su reloj astronómico del siglo XIX. El carillón de las 12 es esperado a diario por numerosos turistas.

Acabábamos de cenar y nos dirigíamos al apartamento, cuando de repente al pasar por la plaza de la Catedral, observamos como se iba amontonando gente a su alrededor.

Al no tener excesiva prisa pues aun no eran las nueve de la noche, decidimos esperar a ver cual era el acontecimiento que esperaba esta multitud. La fachada de la catedral estaba iluminada como el resto de los diferentes monumento de la ciudad, cuando de repente todo se apagó y empezó a sonar a una cantidad de decibelios increíble la parte más conocida del 4º movimiento-allegro con fuoco de la Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvörak.

Sin duda este reloj es de las cosas que no te puedes perder. Lo hacen funcionar y se mueven la figuras y canta el gallo batiendo las alas.

Una vez entras en las calles petonales que van a dar a la catedral, te das cuenta de que es como si te teletransportaras en el tiempo, estar bajo semejante monstruo creado por el hombre te pone los pelos de punta. Todo lo colindante es , tiendas de souvenirs, restaurantes y cafes. Todos ellos preservando el ambiente y la decoracion del lugar. Ciertamente uno de los mejores sitios para ver de Francia

Si estáis en Estrasburgo no dejéis de visitar el reloj de la Catedral.
Tiene varias esferas y varias figuras que se mueven a las 12 del mediodía.
La entrada cuesta 2€, luego visitas la catedral.
Ponen un documental en el que explican el origen y funcionamiento antes del movimiento de las figuras.
Es interesante por la cantidad de esferas y mecanismos de que dispone.