Roberto Gonzalez
Defendiendo la ciudad
Hay una ruta que recorre las tres impresionantes fortalezas que hacen de Bellinzona una de las capitales mundiales de la arquitectura bélica. Por falta de tiempo, sólo pudimos visitar el de Castelgrande, quizá el más conocido y fotografiado de la ciudad. Su importancia radica en que fue, durante muchos siglos, baluarte estratégico y principal bastión defensivo de la ciudad.
Restaurado entre 1983 y 1989 por el arquitecto tesinés Aurelio Galfetti, era hasta ese entonces simplemente el 'Viejo Castillo', el 'Castillo de Uri' y el 'Castillo de San Miguel', ya que por todos esos nombres era conocido.
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