Castillo de San Felipe
Para cualquier visitante de la costa del Puerto debe ser bastante impactante encontrar esta fortaleza, que se conserva en perfecto estado, entre las piscinas del Club de Natación Martianez y la negra y maravillosa Playa Jardín, integrado a la perfección como un portuense más.
Y es un portuense viejo, ya que desde el siglo XVII defiende la ciudad, junto con tres fortines hermanos, de los corsarios y piratas que arrasaban las costas del Norte de Tenerife.
Hecho en negra piedra volcánica, la historia ha querido que fuera, aparte de castillo, enfermería, lazareto, depósito, ciudadela, sociedad de tiro y restaurante.