Una maravilla junto al río Guadalquivir
Todo una experiencia, nunca mejor dicho. Te adentras en otra época y te inspira y emociona de tal manera que te encantará repetir. Es una visita muy completa porque además de aprender un poquito más de historia, puedes tomarte unas tapas en la terraza con vistas espectaculares y comprar una botella del aceite del castillo.
Es sencillamente precioso y perfectamente conservado. El personal es encantador y lo mejor es la visita teatraliZada para hacerla en grupo.