De maravilla en maravilla y siempre descubro algo nuevo!!!!
Del Cerro San Bernardo subí hace varios años ya un rincón muy florido por la época en la que fui, era el principio de la primavera en Argentina y lo sorprendente, además de su Vía Crucis, las catorce estaciones del mismo y el imponente Cristo Redentor de Cobre, era la maravillosa cantidad de flores que cubrían sus laderas y desde el Mirador la vista de la ciudad parecía una perfecta estampa.
Pasaron los años y este cerro que estuviera bajo las aguas del océano durante millones de años se eleva a 1471,92 metros sobre el nivel del mar, lleva ese nombre en homenaje a “San Bernardo Abad” Doctor de la Iglesia y según narra la historia cuando uno invasores pretendieron arrasar la ciudad transcribe lo que le relata un lugareño quien le informa que sobre la cima del bellísimo cerro había una figura pequeña de hombre cuyas vestiduras flameaban con el viento y se mantuvo allí hasta que los invasores se retiraron. Tiempo después y al ingresar a la Capilla del Convento los nativos que acompañaban a unos Funcionarios al entrar en la Capilla y al ver la imagen del Santo la señalaban gritando “ese fue, ese fue” y se fueron corriendo según cuenta en sus memorias Miguel Solá (15/12/1891-6/10/1979. (historiador, escritor y periodista argentino).