Noradoa
Recomiendo entrar en alguna
Son viviendas particulares, alguna reconvertida en hotel, pero la amabilidad de la gente me permitió visitar una de ellas. Es una gozada comprobar el cambio de temperatura entre el exterior, mes de junio no demasiado caluroso, y el fresquito dentro de la casa. Otra cosa que me llamó la atención fue la división de las habitaciones, muchas de ellas diminutas y contiguas, intentando aprovechar al máximo el espacio.
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