Descanso con vistas
Alojarse en Sharíqua es todo un lujo: despertarse con vistas al pueblo, disfrutar de un variado desayuno, darse una vuelta por la finca y buscarse un rincón donde leer, escuchar a los pájaros, relajarse, impregnarse de los aromas a campo y plantas silvestres. Vale la pena también bajar andando al pueblo, dar una vuelta por sus estrechas calles y conocer la zona del río.