Esther Freire
Un regalo inesperado
Dos parejas volamos a Lanzarote una Semana Santa porque el vuelo estaba tirado, pero fuimos sin alojamiento; al llegar, pedimos el listado de casas rurales y estaban todas ocupadas, excepto una: Casa Helma. Su anterior reserva se había cancelado...
Alojarte sin esperar nada en esta casa rural es un golpe de suerte, porque por fuera nada apunta al buen gusto y la comodidad que te esperan dentro.
Casi deseas que haga un día malo para quedarte en el salón y poner la chimenea, o salir al jardín para no escuchar nada... O absolutamente todo.
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