Habitaciones con graffitis
No sé si fue porque estaba agotada de mi trekking hasta el punto geodésico de Berzocana, por los 15 kilómetros que me hice en bici por las Vegas Altas del Guadiana, o por sus excelentes colchones, pero en la Casa Rural de la Finca La Sierra dormí como una bendita. Mi habitación era sencilla pero acogedora, de hecho me resultó muy cálida con todas esas flores y el abejaruco pintados en la pared.
Pero en esta Casa Rural además de cobijo te dan alimento, siempre casero. Aquí probé por primera vez la patatera (¡qué cosa más rica!), así como una sopa de tomate que parecía más unas patatas a la riojana, muy consistente, perfecta para recargar las pilas después de tanto ejercicio.