Casa Loma

Cuentan en Toronto que un industrial muy rico quería tener un castillo y por supuesto que lo construyó en una colina desde donde se puede ver gran parte de la ciudad. La construcción de Casa Loma les llevó 3 años y lamentablemente Sir Henry Mill Pellart solo disfrutó de su “castillo medieval” por unos 10 año. Casa Loma es uno de los atractivos más bellos de Toronto, pues cuenta con su mobiliario original, salones, habitaciones y muchos detalles de principios del siglo XX. Vale la pena poner atención al baño de la habitación de Sir Henry, así como a su oficina, pues ambos lugares aplicaban novedades muy avanzadas para su época.

La Casa Loma fue propiedad de unos magnates de la electricidad, pero acabaron por venderla. Henry Mill Pellat, fue nombrado caballero por Eduardo VII y amasó una gran fortuna. Fue también uno de los artífices de que llegara a Toronto la electricidad desde las Cataratas del Niágara.

La casa, concluida en 1911, mezcla multitud de estilos arquitectónicos y cuenta con alrededor de 100 habitaciones.

Lo construyó el excéntrico millonario Henry Miller, debido a deudas que contrajo por su excesivo mantenimiento, pasa a propiedad de la ciudad y actualmente se puede entrar a esta mansión que ha sido incluida en diversos rodajes cinematográficos.

Es un destino genial, además es un tour guiado personal, puedes solicitar un dispositivo de reproducción para ir escuchando la historia y si vas, no olvides subir a las torres, tendrás una gran vista de la ciudad.

Con pasajes secretos, torres, túneles, y hermosos jardines. La entrada es de alrededor 22 dólares canadienses.

Aunque realmente no tiene tanto que ofrecer, es una casa antigua que aunque tiene una historia interesante, no acaba de ser de mi agrado.

Una imagen vale más que 1000 palabras verdad.