El aire,el mar, las flores, las rocas y todo el paisaje parecen de ensueño
Circular por esta calle es como recorrer un sin fin de calles con diferentes paisajes que entremezclan las rocas contra el mar azul y el azul cielo contrastando con el verde de sus rústicos céspedes, carnosas plantas de pequeño tamaño e innumerables florecillas silvestres amarillas, violetas y de variados colores. Más allá inmensas casonas modernas y las tradicionales más pequeñas y blancas casas repartidas en colinas y cerros, el nombre de la calle en un cerámico blanco con letras azules colocado en las rocas que descansan sobre las límpidas arenas de sus playas. Un pajarillo posado en una roca con forma de gran sueco, el agua embalsada en medio de verdes colinas encerrando una playa pequeña y límpida bordeada por un cerco que sube y baja al compás de las ondulaciones del terreno y el agua entre las rocas, en las rocas la ventana angosta y alta que deja espiar el infinito mucho más allá de lo imaginado en el horizonte sin fin de un día claro, límpido, brillante y puro como pocos encontramos esos días en que se llovió absolutamente todo.
