Desde Patones de Abajo llegamos al Ponton de la Oliva para iniciar el ascenso hasta la parte más elevada de las cárcavas, donde tuvimos una espectacular visión de este fenómeno originado por la erosión a través de un dilatado espacio de tiempo.
Aunque el camino no está señalizado, no tiene perdida, ya que desde el Pontón de la Oliva puedes ver las cárcavas perfectamente y orientarte. Para mi hija de 10 año supuso un esfuerzo pero reconoció que merecía la pena. Una experiencia inolvidable.
Una jornada de senderismo me permitió conocerlo. Te aconsejo verlo incluso recorriendo la zona por las que discurre el agua aunque es conveniente que tengas cuidado.
