Nos alojamos con un grupo de amigos en...
Nos alojamos con un grupo de amigos en esta casa rural, situada en las afueras de Vilobí de Onyar, al principio de la carretera que va hacia el vecindario de Salitja. Es una antigua finca que en su momento debió ser de las más importantes de la zona, amplia y bien acondicionada. De la casa, no tuvimos queja alguna. Las habitaciones eran grandes y confortables, la cocina, de tamaño reducido, pero muy bien equipada, las zonas comunes amplias. Una gran casa, en pocas palabras.
Dispone de piscina en el jardín, que no pudimos utilizar por la época (principios de la primavera). La atención del propietario, también más que correcta. Y vosotros diréis: ¿Dónde está el pero? El pero está en su ubicación: Al pie de la pista de aterrizaje del aeropuerto de Girona. Dentro de la casa, con sus gruesos muros, no se nota nada, pero en el jardín, cada vez que llega o sale una ‘pava’ el estruendo es ensordecedor. Salvo, por esto, la estancia fue inmejorable.