Marcos Paradinas
Pequeño románico
Un pequeño pueblo que podría pasarse por alto al visitar la Sierra de Pela. Un error, desde luego. Merece la pena parar, por ejemplo, a la vuelta. Tiene un bar bastante aceptable a la entrada, sobre todo porque le han añadido un Centro de Interpretación sobre las costumbres y tradiciones del pueblo, que la camarera estará encantada de enseñaros.
En cualquier caso, lo imprescindible es dar un paseo por el centro del pueblo, que no nos llevará más de media hora, para apreciar su acogedora plaza y su iglesia románica. Y su genial porche, donde hay que acercarse al ventanuco para otear en
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