Campanario de Santa María

La torre octogonal de casi 52m de altura que se situa en el lateral de la Basílica de Santa Maria es uno de los símbolos de la ciudad ya que desde cualquier punto se puede apreciar su esbelta figura.

Ocupa dos cuerpos separados por una terraza mirador a la que se accede tras subir 116 escalones de una escalera de caracol y que nos adentra en cinco estancias diferenciadas. Una de ellas contiene las famosas campanas con nombre propio: Josefa, Micaela, Asunta y Montserrat.

Desde

Vilafranca del Penedès es la capital de la región del vino del mismo nombre el Penedès, una de las D.O. más importantes y representativas de Cataluña. Hay mucho de vino en los alrededores, así que porque no disfrutarlo desde lo alto del Campanario. Esto añade dos experiencias, por un lado las magníficas vistas (se puede ver Montserrat sin problema) y los campos de viñedos en los alrededores y por otro lado disfrutar de la iglesia y la ciudad.

Merece la pena el "esfuerzo" de subir los 116 peldaños hasta llegar a su mirador. Toda la ciudad de Vilafranca aparece a nuestros pies, pero también todo Montserrat (que parece caído del cielo sobre la llanura).Para los que se asusten por la subida: tranquilos, hay varios lugares para pararse a descansar y ver la veleta original que estaba en lo alto del campanario, la maquinaria del reloj y las campanas. Atentos a que dé la hora estando dentro, la sensación de la vibración en el pecho es increíble, aunque puede a que a vuestros tímpanos no les guste tanto.

Una de las partes de Villafranca que no te puedes olvidar, con mucho encanto.