Camino de Santiago

Tan solo una mochila, ropa de montaña (dos mudas) y unas buenas botas. No secesitas nada más para disfrutar una de las mejores rutas turísticas de España, El Camino de Santiago. Dejando a un lado el tema religioso, ya que no lo comparto para nada, para mi el camino fué un lugar mágico, donde poder encontrarme conmigo misma, donde el tiempo se detiene en cada paso que se da, donde hay tiempo para todo y donde se aprende en cada esquina. Pueblos de paquísimos habitantes donde se siente el calor humano, y por donde sabemos miles de persona pasaron antes y seguirán pasando después. Si tuviera que describirlo con una palabra elegiría "PAZ".

Durante la segunda jornada en mi viaje al "Camino de Santiago", recorrí en bicicleta el tramo de Castrójeriz a Itero de la Vega. Este tramo del camino es muy bello durante los meses de mayo a junio y se pueden observar las amapolas que crecen a las orillas de los campos de trigo.

Utreia, buen camino peregrino, y un sin fin de palabras que en principio cuando comienzas el camino no le encuentras el significado, pero al pasar de los días te das cuenta de lo importante y lo reconfortante que son cuando llevas una, dos o quizás 3 semanas caminando, siguiendo una flecha, un camino, a unas personas que como tú están buscando y encontrándose con ellas mismas. Que si cambié, sí, mucho... Para mí el mejor de los aprendizajes es que necesitamos tan poco para vivir, que el exceso solo trae peso y ampollas a los pies.

Hasta el infinito y más allá