Una ciudad acogedora
Cuando llegamos a Thakhek desde Vientiane, nuestra idea era coger una moto a primera hora y hacer una excursión de 4 días en moto. Leíamos en las guías que era una ciudad poco atractiva, pero para nosotros fue todo lo contrario!
Desde por la mañana, pasear por Thakhek era una sorpresa tras otra. No había prácticamente turistas y se respiraba la pureza de sus gentes y de la vida real de Laos, en esta ocasión en el marco de una ciudad de unos 70.000 habitantes.
Estuvimos en un mercado donde uno podía sentir con el olfato cualquier planta, seta, animal o lo que allí se vendiera. Después nos sentamos en la terraza de una casa en la que se celebraba un funeral, pensando que era una especie de restaurante; allí nos invitaron a tomar agua, comida y compartir la ceremonia con ellos. Por la tarde, era especial estar a la orilla del río Mekong tomando un pollo a la parrilla mientras caía el atardecer y observabas el día a día de Takhek. Más tarde, nos sentamos a ver una boda cerca de nuestra guesthouse y nos invitaron a cenar, beber y bailar con ellos... Desde luego dieron una buena lección de hospitalidad, amabilidad y proximidad en el trato con los extranjeros, fue una experiencia inolvidable!
