Marta Pilar
Una joyería frutal
Siguiendo por el Callejón del Estanco donde está la réplica de la antigua fuente en la que la gente cargaba el agua en sus cántaros, llegamos por las escaleras a este callejón con una placa de cerámica que indica su nombre. Es muy pequeño, tan blanco y reluciente como el resto, con sus empedradas calles y empinadas escaleras que nos muestra orgullosa, además de sus macetones y tientos con plantas y flores, en el nº 1 de la calle una frutería en la que nos hubiésemos comprado todo lo que había.
Leer más
+5