Béné
El mar turquesa nos puso mirada dulce durante la primera parte de nuestra estancia en Croacia.
Decidimos disfrutar de ella en una cala a pocos minutos en coche de la ciudad de Hvar. No dude en dejar el coche en la carretera para encontrar pequeños caminos con vistas a las calas poco frecuentadas. ¡La temperatura del agua puede alcanzar los 25 grados en verano! Después de unos pocos minutos a pie, encontramos una playa de guijarros y aguas turquesas. Un pequeño rincón de paraíso.
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