En busca de setas a la sombra del Pedarforca
Sabía que el otoño es época de salir en busca de setas, pero nunca imaginé que podía ser una actividad tan popular como la que descubrí en el recorrido que hice por la carretera B-400.
Durante los poco más de 20 kilómetros que recorrí cada poco encontraba un grupo de coches parados, cualquier sitio parecía bueno para dejar el vehículo, coger la cesta y adentrarse en el bosque en busca de ese preciado manjar que para muchos son los rovellons o los níscalos.
Había familias enteras, parejas, grupos de amigos... Con cestas más grandes o pequeñas todos llevaban un buen número de setas dentro de ellas. Paré en varias ocasiones a curiosear y preguntar, y todos me dijeron que esa zona del Berguedà es de las mejores, un lugar en el que además de disfrutar de un paseo con un entorno único podían disfrutar de aire fresco y de tener la seguridad de volver a casa con la cesta llena.