ANADEL
Había puesto mejores expectativas en este hotel
Las fotos de su bonito salón con chimenea me encantaron, y la verdad es que había puesto mejores expectativas en este hotel cercano a Selfoss y al parque nacional de Pingvellir.
Nos ubicaron en la parte alta de un edificio de madera con dos plantas que había afuera, es chocante que con este clima, la mayoría de alojamientos tienen las habitaciones dispersas y fuera de las zonas comunes, con lo que si quieres cenar o tomar algo, toca pasar frío y mojarse.
La habitación resultó tener dos pequeñas camas de 80cm, y un cuarto de baño sin plato de ducha, con lo que ducharse suponía mojar todo el suelo, y pese a la goma con palo que dejan en una esquina, la cosa resulta práctica ya que aquello no se seca.
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