Fernando Blanco
De lo mejor de Andorra, con diferencia. Platos perfectamente presentados, un ambiente acogedor, una bodega bien estructurada y el asesoramiento del propietario hacen de este restó un must en Andorra.
De lo mejor de Andorra, con diferencia. Platos perfectamente presentados, un ambiente acogedor, una bodega bien estructurada y el asesoramiento del propietario hacen de este restó un must en Andorra.
Imperdible.
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