Lorena Lara
Un gustazo poder disfrutar de la...
Un gustazo poder disfrutar de la historia de esta familia que ha sabido trasladar su buen hacer, pasión y ambición a sus caldos. Visita en la cual nos explicaron cómo arrancó todo, Enrique quiso continuar con una tradición y luego sus 3 hijos, entre ellos Pepe, decidieron ir más allá, el funcionamiento de las mismas, cuándo y cómo diseñan cada uno de sus vinos.
Cristian, el sumiller (y otras más cosillas que hace por allí), muy atento, agradable, nos lo explicó todo muy bien, muy ameno y sin tanta pomposidad a veces de más. Nos dieron a catar 7 de sus variedades. Nos gustaron todos, pero en mi caso especialmente el Shiraz y el Dolç (sorprendente y buenísimo).
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